Rubén Ajau, la persona tras el robot que se esconde bajo el seudónimo de Muerte Horrible, tiene una apariencia normal. De ciudadano modelo, de no negar nunca un saludo. Luego resulta que el hijo de puta está obsesionado con el witch house, la electrónica transversal, el eurodance y su vecino el hormonado. No se ha dicho en ningún lado pero Phantasma Disques le acaba de sacar un cd recopilatorio, que cierto es que nadie gana a gualtrapa a ese sello por editar en CDR, pero no menos que es el filtro europeo que separa la morralla de lo que realmente suele merecer la pena. Death Kid está dentro, luego merece la pena. También compone para otros, podría decirse que es el Joaquín Sabina de la Roland de no ser esto una estupidez. No, en serio. Le hizo hace poco tres canciones a Macarena FVO que sirvieron para que se pudiese apreciar que también escribe muy por encima de la media, si bien es verdad que la media en España está en el umbral de la Educación Especial. Y también pinta, igual que Josemi o El Langui, formando con ellos un tridente de hombres del Renacimiento del que deseamos se vaya a tomar por culo el último de ellos y así DJ Detweiler y Muerte Horrible puedan alumbrar un proyecto conjunto.

Death Kid nos cede tres canciones. Todas versiones y a la vez nuevas. ”Es de aquí el sample”, nos decía de SEXXX enlazando a María Antonia Iglesias farfullando mierdas. Y se reía, el notas. Él es así, parece que hace burlas a primerísimas figuras del griterío televisivo cuando en realidad lo que compone es un bonito réquiem witch house a la finada con interpolaciones de la versión eurodance de Debra K del one hit wonder de Debra King. En REVOL pensábamos en la primera escucha que al mandar el mail con las canciones su dedo estaba ahí dándole al enviar mientras su cabeza se había ido a la playa o de cruisin´, por eso de la fanfarria marcial del principio, pero que va. Un sampleado de Edith piaf –lo que emparenta a Muerte Horrible directamente con Ian Crause y sus Disco Inferno- y venga pedorreta de Roland a lo clásico, cual temazo de Dima o Redhead en versión ralentizada.

Y RIODIM. Ay. Que es el Rhythm Is A Dancer SNAP. La canción que Wagner siempre quiso com poner sin terminar de saber muy bien cómo y lo más próximo a un cuarto reich –intangible y no corpóreo- que haya salido de Alemania, no en vano SNAP eran de Frankfurt. El caso es que trata las voces que parecen de esas de helio de broma y suelta una línea de bajo bien marcado que se te suben los cagaos para la boca. Y encima evita el gancho fácil de recurrir a la línea melódica famosa del temazo, se vuelve a sacar otra movida totalmente distinta medio witch house medio breaks gordos a lo Adam Freeland que es de aplaudir. Muerte, no dejes de hacer estas mierdas, cucu.